Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: ¿Dónde estás?
Él contestó: Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí.
El Señor le replicó: ¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol que te prohibí comer?
Adán respondió: La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí.
El Señor dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Ella respondió: La serpiente me engañó, y comí.
El Señor Dios dijo a la serpiente: Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón.
El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.
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